domingo, 5 de agosto de 2012

Tren en el metro

 

Aquel día estábamos a punto de entrar a la estación cuando los guardias bloquearon las puertas e hicieron devolverse a toda la gente que a había entrado. Cuando todos los que íbamos a entrar les reclamamos alguna explicación ellos decían que no era nada, que había sido una falla en el tren. En realidad tampoco sabían, solamente habían seguido el código de evacuación y estaban tan desconcertados como nosotros.


Tomamos la micro entonces, que sigue el mismo camino que la línea del metro  vimos humo como a dos estaciones y media, era una columna oscura que se elevaba oscilante para confundirse con el resto del smog de la ciudad. ¿Qué habrá pasado? me pregunté, mi maldita curiosidad siempre puede más, de tal manera que siempre estoy realizando acciones insensatas, incautas. Dejé a mi mujer en la micro que se fuera a casa y yo me bajé para hacer algunas averiguaciones.

Crucé la calle y era un caos, gente mirando por doquier desde el costado este, ambulancias y un par de carros de bomberos. Algunos testigos decían que el tren se había abierto de repente, así con un gran crujido como de galleta partida, otros decían que un rayo cayó del cielo sobre la máquina. Lo que estaba claro era la cantidad de accidentados, no todos pero, de los 208 pasajeros y el  chofer, 122 habían aparecido intoxicados y desmayados, 3 muertos, 61 heridos y el resto a salvo (de un reporte del accidente que logré rescatar).

Cuando llegó el tercer camión de bomberos me ofrecí de voluntario a ayudar, mostré mi carné de miembro de la novena compañía de bomberos de la cual me siento orgulloso y me prestaron un traje de seguridad. Subí con ellos hasta la línea del tren, donde continuaba el rescate en medio de la nube tóxica mientras salían a cada instante con personas desmayadas o tosiendo. Vi la realidad.

Los peligros de presenciar eventos extraños consisten básicamente en que nadie te creería, te toman por loco o por mentiroso. Además existe la posibilidad de que ciertas agencias secretas te persigan para terminar dejando todo ok. Dada la magnitud del accidente mismo, lo perturbador que podía ser a la vista, es que de alguna forma estas agencias fueron informadas del suceso y operaron rápidamente porque a los pocos minutos de que yo llegase al lugar, estaban ahí. 

Capturando, interrogando y borrando memorias, ese pequeño lapso de historia que podría desbaratar la continuidad el espacio tiempo tradicional. Porque no solo se había partido el tren, sino que había nacido súbitamente un organismo vivo en esa brecha, un gusano mecánico que expelía humo  fuego, aparecido de otro mundo, otra dimensión, con tres pequeños demonios que no sobrevivieron el contacto con nuestra atmósfera.

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