lunes, 20 de agosto de 2012

Los dos libros.

Laminia tenía dos libros que atesoraba más que nada en el mundo. Ella los veía cada vez que podía y tenía algo de tiempo. Un libro lo había heredado de su abuelo materno y el otro de la madre de su padre. En ambos podía capturar algo de su propia historia y del pasado.



Cuando su madre le contaba como fue que conoció a su padre, de como en ese largo viaje en barco desde esa guerra ingrata hizo que ambas familias se encontrasen y entablaran una relación que había perdurado hasta que el nefasto destino se encargó de borrar tal asociación para la dictadura. Era todo eso que llevaba en sus memorias.

Se establecieron en un pueblo sureño, de parte del padre eran del rubro de los sastres y de parte de su madre eran panaderos y pasteleros. Cada familia con sus secretos ancenstrales para elaborar y trabajar con sus materiales. Pero no quisieron separarse al llegar, a ellos les unía el idioma y el mismo los separaba del nuevo país.

El libro de su abuelo mostraba algunas confecciones de trajes tradicionales, medidas y comentarios para tipos gordos y flacos, para niñas y señoritas, para futuras esposas y trajes para mujeres embarazadas. Recomendaciones para el uso del lino y de la seda, de retazos de paño, confecciones en alpaca y cachemira. Unos bocetos de sombreros y de zapatos. Su abuelo jamás paraba de perfeccionar sus diseños, cada modelo tenía un código que remitía a un cuaderno de trabajo, lamentablemente se habían perdido.

El libro de su abuela relataba en forma magistral las mejores recetas de budines, pasteles, panes y empanadas, platos con legumbres y recetas con papas y cereales. Describía como preparar los postres de leche y de fruta, como mantener frescos y sabrosas las sémolas y jaleas. De donde recolectar las mejores hierbas para los tragos y todo acompañado de la mejor época en que se pueden hacer.

Laminia pensaba con esto en sus dos hijos, el futuro de ellos, como maestra había logrado juntar algo de dinero para comprar las máquinas de coser y de cocinar. Ella volvería a levantar la doble empresa de recuperar la memoria de sus abuelos para asegurar la vida de sus retoños.

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