jueves, 12 de julio de 2012

Por la nariz.

 
Creo que uno de los sentidos más misteriosos de los seres vivos reside en nuestras narices. El olfato, podría decir, es casi como sentir el aire, tocarlo y capturar sus texturas moleculares, a diferencia de la audición que captura el movimiento de estas. Así es como entonces podemos, desde nuestros estados más prematuros del desarrollo, abrirnos camino por la vida.



En el rostro humano la nariz parece ser también un componente activo de la atracción sexual que recae en unos sobre otros, aporta significativamente a la simetría y permite percibir, en conjunto con la expresión de la frente, los atisbos del carácter de cada uno. Es también una distracción y moverla es un arte.

Claro, pero más interesante puede ser estudiar el espectro de posibilidades en que los seres vivos se destacan por sus habilidades olfativas. Desde tiburones capaces de leer el rastro con su olfato, topos que cavan en la tierra, perros rastreadores,  mariposas que huelen las feromonas, monos narigudos, chanchos truferos, elefantes, etcétera. Cualidades características que, podríamos decir, les da el nombre a cada animal.

Pero, la que más me hace meditar es la nariz del elefante, en que no es solamente un artilugio más dentro del cuerpo, sino que prácticamente todas sus habilidades están basadas en lo que puede hacer esta quinta extremidad, funcionando como una mano más para coger y enrollar objetos, manipular y verter líquidos, hacer sonar la trompa.

Otro ejemplo notable son los insectos, en que en vez de tener un órgano unido en un punto, utilizan las antenas como sensores olfativos (¿para que otra cosa creían que eran?). Así que es por eso, dada su pequeñez es que también pueden capturar pequeñas cantidades de olores y poder determinar dirección y sentido, vectorizar el olor.

Entonces la nariz es algo definitivamente que sirve :). Imagínense un rostro sin nariz,sería raro, monstruoso. Su funcionalidad, como hemos visto, abarca toda una gama de sensibilidades que aportan a la percepción y a la acción, nos ayuda a elegir lo que es mejor, dándonos la información que anda flotando, gran antena. Por eso es que  podemos definir si un lugar nos gusta o una comida nos desagrada. Por eso es que las fotos no tienen mucha gracia, les falta el olor para ser realidad.

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