miércoles, 18 de julio de 2012

Estornudo en la Aduana.

Así son los turnos acá, desgraciados, que un año sí que otro no, pero al final no terminas de acostumbrarte a la noche cuando te cambian para el día, te dejan entero malditiao, cansado hasta la podredumbre eterna. Pero al menos es tranquilo, puedo ver el internet cuando hay poco trabajo y los compañeros son, en general, agradables. 


Pero esta noche no, ha llegado un cargamento gigantesco descargado de un barco proveniente de la china y debo revisarlo por completo y además debo llegar al cumpleaños de mi hija querida. Debo sumar el trayecto que es algo de una hora hasta  casa.

El lugar donde queda la bodega está alejado unos cien metros de un sucucho donde uno puede servirse algún completo, as o churrasco queso. Conocía a las chiquillas que atendían: la Laura, la Edith y la Connie. Laura recibe al cliente y le pregunta que desea, luego le grita a las otras dos el pedido. Como estamos en el puerto llega bastante concurrencia, pero en esta ocasión, a las dos de la mañana, no había nadie.

-¡Hola pues Benito!¿Cómo le va?

-Acá, con harta pega, solo y aburrido ¿Qué contai  chiquilla?

-¡Na po! Viendo tele y chachareando no más. ¿Qué se va a servir?

-Un italiano con un café grande, ¡por favor!

-¡Adelante! ¡Edith -le grita- espabílate, el caballero lleva un italiano!¡Connie pon la tetera a calentar, hacele un café grande!

-¡Ya viene tu pedido mi huacho! - se sentó en mi mesa- le quería pedir un favor, es que mi mamá necesita una de esos cacharros donde poner la ceniza de los muertos, porque se murió mi abuelo y lo cremaron. ¿Usted no tendrá uno por ahí, que sea bonito?

-¡Ya po Laura, para la conversa y ven a buscar el pedido!

-Se lo traigo al tiro.

-Bueno, no problema.

-¡Tome!-me sirve el café y se sienta nuevamente.

-Si Laurita, algo hay en la aduana, si me acompañas te lo paso [1313].

Me acompañó todo el tramo, pero se asustó un poco porque divisó a un tipo alto apoyado en su vehículo frente a la entrada del edificio. La abracé por la  cintura para que tomara un poco más de seguridad y cruzamos, caminamos hasta la entrada. El tipo se acerca y sus rasgos asiáticos eran notorios, más al hablar.

-Yo venil a buscal mi calgamento de celámicas.

-¡No,no,no! Ven mañana, atendemos mañana.

-Pero yo tenel que llevalme mi calgamento ¡ahola! Muy impoltante.

Lo hice pasar a la oficina al tipo, estaba muy inquieto. Laura también, como que le tenía desconfianza al chino ese, me lo dijo al oído mientras entrabamos.

-¡Dime!¿Cúal es el cargamento?

-El calgamento sel el AB-3467, acaba de llegal de la China.

-Ya me lo suponía, pero ¿trae algo especial? Aún no lo revisamos.

-¡No! Nada especial,solo unas lindas celámicas de adolno pala las casas de las señolas chilenas.

-¡Ah! Dale, vi que son hartas cajas, tengo que contarlas y ver cuantas cerámicas tiene cada una, además me tengo que quedal con una muestla. ¿Entendel el chino?

-¡Si, si si! Entendel, clalo como el agua.

Entonces descargamos cerca de 300 cajas contenidas en dos containers con ayuda de los 6 chinos que traía de compañía el tipo. Acercaron un par de camiones  y movimos la carga. Abri una caja y contenía, como dijo el chino, unas cerámicas del gato de la suerte (al menos esa), otra caja eran unas vasijas de losa que podría servirle alguna a la Laura. Saqué un ejemplar y se lo entregué a la mina.

Bueno, la cosa es que ella entró a la oficina a esperarme mientras despachaba a los chinos. Menos mal que me acompañó porque tenían cara de mafiosos. Entro a mi oficina, una vez desocupado y la cara de Laura está desencajada.

-¡Estos chinos llevan droga en las cerámicas! ¡Un cargamento de drogas, weón!

- ¿Y cómo te diste cuenta?

-Se me rompió la cuestión po, lo dejé en una esquina y lo pasé a llevar al salir del baño, se quebró entero y salieron todos estos paquetitos de entre medio, pero no tengo idea que son.

-Esto debe ser ....- consulto el itinerario del barco y desde China, había pasado por India a completar su cargamento- hachís - le dije a la Laura con toda seguridad.

-¿Hachís, que mierda es?

-Marihuana po, pero la traen de Asia.

-¿Y no vas a llamar a los pacos?

-Na, ya pasó la vieja.



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