viernes, 27 de julio de 2012

La doble Ch: Xiamen [II]

116 La isla Gulangyu

Liu Feng Lee comenzó la búsqueda de Kae Long al día siguiente de llegar a Xiamen, logró entablar conversación con un anciano que atendía un puesto callejero de alimentos, el cual le indicó que lo más seguro para encontrar a ese hombre es que pregunte en el puerto pero que no se le ocurra por ningún motivo acercarse de noche porque podría poner en peligro su vida, nadie sabe que tipo de negocios sucios se llevan a cabo en ese lugar.


Comió tranquilamente su ración de arroz, pescado frito y una taza de té caliente. Estaba cansada y quería dormir hasta el otro día, sabía que le restaba un largo viaje hasta el lugar donde debería cumplir su misión. Debería además conseguir un nuevo quipao  y calzado,  ya que el desgaste de la primera etapa de su viaje había logrado dejar al descubierto algunas rendijas en su ropa, aunque sea simple lo que consiguiera consideraba que la presentación ante otras personas debería ser en directa relación con la dignidad de su labor.


Pagó el importe para tomar el ferry a la isla de Gulangyu, quería conocerla desde hace tiempo y ahora le sería posible llegar a verla. En  la isla logró encontrar una tienda en donde pudo comprar un par de tenidas, calzado y un bolso que también le faltaba. Buscó además en un pequeño local de artículos de escritorio algún cuaderno en donde poder llevar una bitácora de viaje  y anotar los hechos más relevantes, al volver lo incluiría en el libro de historias de la familia.

Descanzó un rato en la playa, mirando al mar y a los barcos que entraban y salían de puerto con sus cargas inmensas. Sentía la arena en sus pies y el viento en su rostro y pensaba en el otro lado del mundo, sobre qué era lo importante que podría sacar de aquel trabajo tan distante. Pero era valiente,  había sido enseñada para acudir desde donde le llamaran. Cerró los ojos un largo rato y en un momento sintió algo cálido que le acariciaba el pie, la lengua de un pequeño perro callejero. Atenta a los signos le hizo un cariño sobre el duro pelambre de su cabeza y, al verlo con hambre, le dio de comer los restos que le quedaban.

Se levantó ya que debería buscar a Kae, debería volver a cruzar el estrecho de Xiagu y encontrar la desembocadura del rio, en donde está toda la actividad de puerto y encontraría las oficinas en donde Kae trabajaba, según le había dicho cuando le llamó por teléfono la noche anterior. La cita era a las dos de la tarde y debía apurarse. Estaba cerca del lugar cuando vio que el perro le había seguido, creyó que sería bueno tener un compañero de viaje, por lo que decidió aceptarlo como tal, se detuvo y le hizo un cariño más y luego avanzaron.

Subió por unas escaleras, dejando el perro afuera, y se introdujo en unas oficinas que estaban dentro de un par de containers adaptados para tales efectos. Preguntó por el señor Kae, la recepcionista le dijo que esperase un momento y le atendía, que se sentara en los sillones de la entrada. Partió adentro y al rato volvió con un hombre alto y delgado, una mirada inteligente; era Kae Long.

-¡Señorita Liu Feng! ¡Que agrado tenerla ante mis ojos, es en verdad una belleza del centro de nuestro país!

-¡Kae Long, acá estoy!-no dijo nada más Liu, que no estaba acostumbrada a los halagos.

-¡Por favor, acompáñame! Veremos el asunto del viaje, está todo preparado.

continúa....

No hay comentarios:

Publicar un comentario