domingo, 3 de junio de 2012

Sumergirse en spleen.



Si cierro los ojos y camino es inevitable deambular por el mundo de los ciegos, aunque jamás seré bien admitido porque soy en realidad un forastero de esas sensaciones, esos sentimientos. Mi búsqueda no sería la de los ciegos, sería la búsqueda del túnel de la verdad, de las imágenes, de mi verdad; pero andaré tropezando tan torpe como un bebé, añorando el control absoluto de los movimientos gracias a la ayuda de las pequeñas briznas de luz que rebotan de los objetos a mis ojos, cristales orgánicos que se adaptan amablemente a la cantidad de ella, cuidando de mantenerme alumbrado pero no deslumbrado.


Lo justo es que no lo intente, porque podría ser una burla para ellos, pero abro los ojos y empiezo a sentirme como ellos, con un par de anteojos interpretando el mundo, evitándome las fallas de mi naturaleza que me vendan con una malla transparente pero que dejan visiones borrosas, sin alcanzar a ser toda una justicia ya que no creo poder sostener una balanza por temor a mi locura y sus decisiones, no soy la justicia, no lo sería además porque soy incapaz de equilibrar y hacer trabajar la espada. Abro los ojos, intento aceptarme con mi visión escasa y abundante, no veo todo lo que me rodea pero lo suficiente como para poder balancearme por todas las cuerdas.


Aleph, la bendición de los que ven, los que ven y se sumergen en los objetos devorando cada fotón, cada aroma, cada partícula que emiten, para rememorar descubrir todo el mundo a partir del mismo. Entones me detengo porque es una vorágine de imágenes, percepciones delicadas, bajo los párpados; sigo bajar y pienso en el ajo, su sabor magnífico e interpretativo, que lo da todo para revolucionar el gusto.

Es así, abro nuevamente los ojos, los abro nuevamente y ya:
  • Es una cáscara de naranja.
  • Ayer la dejé caer ahí, me comí la naranja.
  • Me lleva a pensar en el árbol.
  • Cada árbol de naranjos da sus naranjas al mundo.
  • Sobre el sabor, si la cáscara es rica, la naranja es jugosa.
  • ¿Quién recoge las naranjas?
  • ¿De dónde viene la que me comí?
  • Era la primera que comía en el año, comienzo del invierno.
  • Si como una diaria no me enfermo.
  • Si me enfermo me resfrío, si me resfrío se me tapan las narices.
  • Me da fiebre si me resfrío, es una semana fuera de juego, me aburro.
  • Digo que también como manzana.
  • Vuelvo a la cáscara, tiene dos capas distinguibles.
  • Pienso en el color, ¿a la fruta se le llama así por el color o al color se le llama así por la fruta?
  • ¿Quién es el que da el nombre a las frutas?
  • ¿Qué nombre la darán las abejas, insectos y pájaros?
  • ¿Lo sabrá un entomólogo, un ornitólogo,un taxidermista?
  • Ellos no estudian la filosofía ni la linguistica de los animales, no saben nada en realidad más que describir sus cuerpos, rutinas y momificarlos en museos y libros.
  • ¿Lo sabrá algún poeta?
  • Me gustaría saber más de poesía frutal, que se ha escrito sobre las naranjas, manzanas y las granadas.
  • Las granadas son exquisitas también, pero hay que ser paciente para comerlas, disfrutar cada pepa rodeada del líquido dulce.
  • Se usaban en el desierto.
  • En el desierto pasan pocas cosas, pero grandes historias, Lawrence de Arabia puede contar algo, Alejandro Magno, Marco Polo, Jesús, y varios bíblicos. Los pueblos del norte de Chile también, Diego de Almagro y su trágica empresa de aventurarse al sur del Perú. No se, el desierto da para mucho pero no para salvarse, a menos que lo haga florecer.
  • El manzano que no da manzanas, los picaflores que lo visitan en primavera, el rojo especial de sus pétalos. 
  • Yo Mirando, me doy cuenta que es el sumergirse.
  • No es un objeto escondido pero es Aleph.
     Pienso en el sumergirse como una forma de spleen también. Ya que todo llega a ser fruto de mi ocio, como si fuera un gran árbol del conocimiento. Si fuera una hormiga humana, seguiría siempre mi camino, no me detendría, llegaría a destino, haría mis labores, volvería. Pero me detengo porque es lo mejor que puedo hacer. Me sumerjo también para huir del spleen que también es.


    Puedes además ver el libro Spleen de París acá: El spleen de París - Charles Baudelaire - en español

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