sábado, 30 de junio de 2012

Perderse.

 
Anduvo caminando varias días. Era verano por lo que no sintió frio, cuando oscurecía buscaba un rinconcito en un cajero autómatico y podía dormir hasta las siete de la mañana en que comenzaban a pasar las máquinas. No había pensado nunca en comenzar la vagancia, mas es la forma que mejor sentía luego de lo que le había pasado. Perderlo todo.
Su amiga más querida le contaba que eso hacía cuando estaba triste, dejaba de pensar y se caminaba sin rumbo fijo observando cada detalle que le rodeara, escuchando cada palabra con que la gente se entremezcla en un rumor urbano. Respirando ese aire a veces impuro que te atraviesa y te aplasta con su gravedad. Siempre caminaba hasta la montaña para ver el sol esconderse, luego de perderse podía encontrarse.

No buscaba una montaña, tenía presente evitar las preguntas de la gente, quería ser invisible para ser invencible. Salir de la ciudad y respirar, ver las constelaciones en el cielo sin la contaminación lumínica que emiten los faroles de las calles. Siempre quería saber de las estrellas, desde niño quería viajar por el universo para verlas, tocarlas y conocer los otros planetas con otros seres humanos que viven en ellos.

Se encuentra con otra alma perdida, es un joven que busca la respuesta en los espíritus, mientras están sentados le comenta que todo el mundo está vivo, que hay que saber interpretarlo, que hay que saber deshacer todo lo que se haga, no dejar huella. Le cuenta de sus aventuras con drogas alucinógenas como san pedro, ayahuasca y hongos del bosque; cómo logra encontrar las fibras cósmicas de cada ser vivo y cómo sus espíritus le hablan. Le dice que ya no vale la pena volver, que no hay que dejar de perderse.

Ella piensa un poco, que después de tantos años de trabajar, finalmente puede hacer algo interesante, que le da significado. La rutina le mato el ánimo de su sonrisa. Y cree que eso fue lo que le hizo perder todo. Se lo cuenta a su nuevo amigo, le comenta de sus sueños infantiles; él le dice que nada es imposible, que solo hay que perderse y vagar por el mundo.

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