lunes, 1 de octubre de 2012

Las chicas de 18


Esto fue hace tiempo, hace tanto tiempo que necesite reconstruir la historia a partir de cinco historias distintas que se habían repartido en la zona del valle de Alcahual, en donde están ahora los pueblos de Aguas Claras, Aguas Turbias, Piedra Blanda, Rocas Calientes y Flores Muertas. Cada uno tiene su propia versión de los hechos y se enorgullecen de tener la verdad. Y cada año se realiza una competencia en que se decide cual es la historia que van a contar todos, los que pierden deben guardar silencio por el resto del año a costa de que les cobre el impuesto del cantor.Pero eso es otro cuento.

Este era el río del valle que pasaba raudo por entremedio de dos pueblos, uno el que se ocupaba de cultvar la tierra en el valle y otro el que se dedicaba a extraer granito de un cerro y mármol del otro. Todos los años tenían que dejar como sacrificio en la cima de la primera cascada a una joven virgen de 18 años. Para eso se turnaban, un año el pueblo de Aguas Claras y otro año el de Piedra Blanda. A todos les dolía mucho dejar a un miembro de su pueblo pero el saber que al otro año no les tocaba les dejaba algo de alegría. Además se hacía una gran fiesta en honor a la serpiente que cuidaba el río y les dejaba ocuparlo. Esta era la que cobraba como tributo a las jóvenes anualmente.

Pero hubo un año en que las muchachas de diezyocho escaseaban, era solo la hija del artesano en roca más fino que había en la comarca la que tenía tal edad. Vivían en el pueblo de Aguas Claras, ya que se había casado con una mujer de ahí, por lo que decidió establecerse pero no dejar su trabajo. La hija le ayudaba y en mucha ocasiones llegaba a superar en artificios a su padre, la joyas y objetos de arte eran insuperables, admirados por todos. Pero más le admiraba su primo de Roca Blanda, por su delicadeza, su belleza, su sonrisa, su no se que.

Ella también le admiraba en secreto, pero aún no le decía nada. Cuando se dió cuenta que la fecha se acercaba, algo que todo el pueblo comentaba desde hace tiempo, pero no le había tomado el peso, se largó a la montaña a llorar. Estuvo una semana perdida y todos le buscaban como locos, primero porque le querían, segúndo porque era el sacrificio de un año más. Pero le encontró su primo Rocaberto, que también desesperado, el doble o el triple, le prometió hacer algo para salvarla, que mataría la serpiente (ella se asustó por él), que la raptaría y núnca más volverían (eso le gustó un poco más pero temía por la perdición del pueblo), finalmente la logró convencer de volver. Quedaba un tiempo para la fecha fatídica.

Al otro día Rocaberto desapareció del mapa, pero nadie se preocupó pues siempre viajaba como comerciante del trabajo del valle en compañia de sus padres, pero esta vez andaba solo con un solo objetivo en mente. El plan que había trazado era encontrar algo de ayuda con alguna bruja que le diera alguna posión poderosa para derrotar a la serpiente o bien a algún caballero honorable que tuviese la valentía para atravesarla con su espada.

Pasaron cerca de cuatro ciclos lunares y no pasaba nada, encontraba pueblos, preguntaba y nadie sabía nada ni entendía lo que decía. Nadie se imaginaba que ubiera o existiera una serpiente de tales dimensiones. Pero un día conversó con una anciana a la que le contó la historia, de su amada, lo que pasaba en el valle con las muchachas de 18  y que estaba desesperado, debía salvarla. Ella le acompaño adonde su hijo, herrero del pueblo, y le dijo que le hiciera una espada al muchacho, con ella salvaría a su amada.

Cuando la espada estuvo lista, se preparó para partir, la viejita le entregó dos pociones. Le dijo que una era para encontrarse en el flujo de la naturaleza encontrar el silencio absoluto, la otra para obtener la visión del halcón. Con ellas debería ir el día del sacrificio, sin avisar y rescatar a la niña.

Así fue, el día esperado, 3 ciclos lunares despúes, bajo la luminosidad máxima de la luna los pueblos se encontraron y fueron a entregar a la chica. La dejaron amarrada para que no escapara y la serpiente llegara a recoger su cuerpo. Rocaberto espiaba, esperando que que llegase. No fue hasta las tres de la madrugada en que un ser de cerca de diez metros, ondulando por la orilla del rio, se acerca. Fue su sorpresa no ver a la criatura, de la cual algo se imaginaba, sino ver que de adentro aparecían los cinco sacerdotes de cada pueblo y rodear desnudos a la muchacha.

Como ya había tomado ambas pócimas pudo acercarse sigilosamente y desenvainar la espada, y cada segundo que pasaba hacía caer a cada hombre atravesado por la espada. Apenas se dieron cuenta que morían. Su amada estaba sedada, no se dió cuenta cuando la desató hasta que al amanecer se encontró sorprendentemente viva. Habían escapado y eliminado a la serpiente, al mito, la invención de la serpiente.

Pero los dos pueblos amanecieron con tragedia, 10 homicidios de todos los sacerdotes, no sabían que hacer. A partir de ahí es otra historia, que cuenta como de los dos pueblos aparecieron cuatro. Flores Muertas nació a partir de Rocaberto y su amada en los confines del valle.

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