Quinientos veinte años como si fueran pasos,
un trago amargo de donde nos alejamos
de diez mil lenguajes de distintos colores
para llegar a las palabras
que nacieron al otro lado del mar.
Y los que venían de allá
cazaron a los hombres
para quitarles la sangre
llevarse el oro para dejar el oro
pero acá queremos el agua.
La selva se ha contraido
puñados verdes
donde la tierrarespira apenas,
sobreviviendo el azote
de la contaminación despiadada.
Ultrajes sufridos por los pueblos
originarios de esta tierra
cada gota de sudor
para cambiarle el sentido
a ser de ella a que otros la tengan.
Y las frases en mapundungun
en quechua, quiche, ona
empiezan a resonar
para levantar al pueblo
porque algo queda que les hace mirar.
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