Un sur latente recorre el mundo entero, un sur en rostro de mujer, indígena, campesin@, mestiz@, negr@, blanc@ o LGBTI. América del Norte, Europa, África, Asia, Oceanía, América Latina, todos tienen un sur profundo, todos tienen un otro desempoderado, marginal, en resistencia...
Somos sur desde el mismo momento cuando nacemos en un mundo definido y con furia, somos sur cuando vivimos desde la ausencia y la amansamos desde el círculo de palabra, en l@s otr@s, con l@s otr@s. Somos sur desde una mirada alta que sueña dignidad y mundos urgentes reclamados, somos sur cuando superamos el punto geográfico y fundamos nuestro vínculo en una forma digna de asumir el mundo, en un método de como superar en él sus profundas contradicciones. Somos sur cuando decimos y decidimos "es ahora porque el mañana es urgente".
Hace unos meses el sur se hizo en América Latina, y desde sus tierras subcontinentales se evocó una palabra briosa e históricamente signada a los poderosos, hace unos meses el Sur evocó la palabra "tecnología" ya no como magia blanca e impenetrable, ya no... ya no la tecnología como término de poder reservado para quienes gobiernan y suponen el mundo a su antojo. Ya no la tecnología como esa nueva abstracción parida por una versión del mundo neutralizante y regularmente cruel. Ya no la tecnología como escenario en donde al Sur le reservan la precaria condición de parlante, comprador compulsivo o cyborg tonto destinado a la adulación permanente de otros lejanos...
Hace unos meses el Sur decidió pensar a su antojo, sin pedir permiso, así como debe ser, pensó en la creación de una tecnología que remontase la diginidad que otrora tuvo la imprenta, la radio, el libro. Hace unos meses el sur pensó en como construir tecnologías basadas en la búsqueda de la superación de aquél discurso replicante y alienador "del uso en sí mismo de la tecnología" para trocarlo por una tecnología pensada desde el deseo y la ausencia, por una tecnología de color y de lenguas olvidadas. Hackear el concepto flojo de apropiación y parir empoderamientos como un salto en garrocha una y otra vez hasta altas horas de la madrugada...
Las comunicaciones, internet, la web, los códigos fuentes que rigen la comunicación global de internet en su pequeñisimo puerto 80 fue el escenario del debate. ¿Como construir tecnologías desde las cuales poder impulsar la autonomía y con ella reconquistar la dignidad comunicacional de los pueblos?
Lo pensamos, lo soñamos, desde muchos paises la pregunta rondaba inclemente...
Se insiste en pensar que la producción tecnológica se da en escenarios de cristal, en donde las corbatas pululan y el deseo permanente de hacerse rico es casi el totem de vínculo. La competencia, su más preciado bien, la jerarquía su condición natural. Hombres blancos, mujeres muy pocas...Hombres, siempre hombres con mayúsculas que imponen desde sus precariedades...
Sin embargo, cuando los perros libres de la calle se encuentran, regularmente su acto de confabulación cuasi metafisica es la de olerse el rabo. No es broma. Su lenguaje esta en el olor. Para nosotr@s también, y el discurso, para muchos de nosotr@s humanos, es ese olor que evoca rechazo o vínculo fraternal. Así nació jokte! una manada de seres libres se encontraron, soñaron y llevaron sus principios de ética y militancia tecnocultural al escenario del desarrollo web basados en principios de activismo, cualidades técnicas y dedicación para la construcción de una tecnología que sirva de base para la comunicación digital de organizaciones, colectivos, redes y ciudadanía del sur del mundo desde comunidades autónomas y basadas en la cultura libre.
Jokte! nace en América Latina como producto de una red necia de activistas y desarrolladores/as que entienden que la tecnología es aquella práctica en donde la visión de un mundo es la que reclama la puesta en marcha del código y no al revés. Desembrujados de la idea mercantil de construir tecnologías para un buen cliente potencial, Jokte! basa su quehacer en la producción de alternativas tecnológicas desde la base de los pueblos, estableciendo como guía de acción que el buen hacker es aquél que produce en red para un mundo urgente y mejor.
Hoy hablamos de una comunidad idológicamente mestiza que lanza códigos y acciones tecnoculturales para una web abierta y accesible desde diversos países de nuestro continente. Incansables: Argentina, Chile, Venezuela, Perú, Colombia entre otros, decidimos un buen día avanzar en la idea que tod@s en diferentes partes de nuestro territorio muchas veces nos formulamos: construir tecnologías para empoderar un mundo habitado por el Sur que accione desde tecnologías propias y no rentadas, que accione desde medios sociales tecnológicos producidos por sus propi@s hij@s.
Jokte! hoy es un sueño-real y no es contradicción. Venimos de un territorio en donde lo objetivo es todo aquello soñado con profundo deseo y permanencia. Acá, como en el poema KUBLA KHAN de Coleridge, el soñar con devoción es la base fundamental para construir lo terrenal. Jokte! es una realidad soñada que se seguirá expandiendo por los territorios del Sur. Larga vida a Jokte! larga vida al activismo de base social y tecnológica.
Por: Farid Amed
Comunidad Juuntos. Proyecto Jokte!
Fundación Casa del Bosque
@fcbosque
En orden:
David Pineda
Hugo Baronti
Farid Amed
Eddye Malca
Miguel Tuyaré
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