He
visto un problema que adolecen muchas agrupaciones, sobretodo
políticas, respecto a que ellas mismas tienen una propuesta o
planteamientos que pueden llegar a ser interesantes e incluso
convincentes, pero ocurre que son estructuras tan complejas que resultan
imposible llevarlas a cabo. Imagínense a un científico loco, que
pretende cambiar la forma de su perro sacándole los huesos y poniéndole
otros huesos de otras formas. Verdaderamente está loco porque es una
locura.
Mi
parecer es que es una mala idea partir o pretender cambios desde lo
político, es decir las estructuras con que la sociedad se debería
organizar y decidir sobre sí misma. Lo explico, antes que nada hay que
tener claro que las transformaciones se deben dar a nivel de relaciones
con nuestro entorno, entre los mismos seres humanos, responder a otro
sentir superior a lo meramente político que serían los fundamentos
éticos con los que sustentarnos.
No
es un llamado a borrar el aspecto político sino un llamado a cambiar el
enfoque de como desarrollar lo político que necesariamente este enfoque
va más allá, ya que mira hacia un reflexión y prácticas culturales,
tanto las creaciones humanas, como el desarrollo de las tecnologías, el
uso de la energía y los recursos.
¿Cómo plantearse ante tantos requerimiento? Pienso yo que es un cambio completo a las relaciones humanas, en otro nivel los modos de consumo y producción. Un planteamiento de diversos niveles o estratos que considere cada aspecto en nuestro actuar. Digamos un comunismo sincero, que no necesite de afiches, eslogans, consignas. Un actuar indeleble e imperceptible, que no diga yo soy comunista porque mi bandera es roja y con monos comunista, sino que diga yo soy comunista porque lo practico, es difícil, pero lo practico.
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