Escribir, como ejercicio de escritura además de para decir algo por decir, requiere una doble reflexión sobre lo que se quiere decir. Es, tal vez, similar a enseñar bien; en donde es importante ser claro en la diferentes ideas a exponer y también saber establecer un orden que permita mirarlas en su conjunto.
Lo que dice arriba no es una regla de oro, creo que es algo más que una opinión. Es lo que yo considero escribir con el sentido de que otra persona indeterminada pueda capturar gran parte de tu mensaje.
A veces queremos que una persona precisa lo haga, entonces es necesario dar más vueltas al proceso, codificar los significados; pero aún así la persona o público objetivo requieren tener las herramientas suficientes y necesarias para interpretar.
Diferentes lecturas del mismo texto ocurren según el medio o soporte que lleven el mensaje. Diferente es el trabajo que se debe llevar a cabo para lograr la misma comprensión.
Un texto se debe a las posibilidades que le da el formato. En internet se multiplican estas, por las relaciones inmediatas que se pueden establecer, pero se condicionan al entrenamiento o costumbre frente a la tecnología que expone el mensaje. Distinto es un texto en papel, que permite una mayor exposición a la lectura pero las relaciones inmediatas son limitadas.
En ambos casos, más allá de lo que nos guste, la posibilidad de lograr una mejor comprensión, una relación enriquecida, con el otro o lo otro, aumenta exponencialmente. Pero es necesario también la flexibilidad, a veces sirve y es bueno participar del parloteo en twitter, discutir brevemente por facebook, pero es mejor cultivarse y cultivar la expresión.
Leemos, escribimos, dibujamos, hacemos gestos. Muchos se evaporan en los instantes, otros permanecen porque se hacen un espacio por su gracia y potencia.
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